viernes, 27 de junio de 2008

ESCRIBIR

¿ESCRIBIR?


La más antigua forma de escritura, desarrollada en el sur de Mesopotamia en el IV milenio a.C. es la escritura cuneiforme, así llamada porque empleaba signos en forma de cuña que eran esculpidos por un punzón sobre tablillas
Más tarde los signos pasaron a indicar una palabra, una idea o bien una sílaba, como en la escritura ideográfica de los antiguos egipcios y aún hoy en los ideogramas chinos y japoneses.
En India e Indochina se escribía sobre hojas de palmera y sobre corteza de árbol; en China, sobre seda; en Grecia y Roma, sobre pedazos de arcilla y tablillas de madera de albatae, (recubiertas de barniz blanco), o ceratae, (impregnadas de cera).
El material de escritura más difundido en el mundo antiguo fue el papiro, utilizado por los egipcios desde el III milenio a.C. y usado después en Grecia y Roma.
La escritura romana es conocida sobre todo a través de las inscripciones epigráficas. Las letras, esculpidas con un cincel, son de tipo mayúsculo, es decir, de igual altura e incluidas entre dos líneas paralelas. Posteriormente esa escritura recibiría el nombre de capital porque fue utilizada para las iniciales de los capita, es decir, los capítulos de los libros. Entre los siglos II y III d.C. se desarrollaron a partir de la capital latina la minúscula cursiva y la elegante escritura uncial, utilizada entre los siglos IV y VII para la redacción de los códices.
La reforma de la escritura operada durante el reinado de Carlomagno, que se enmarca en un panorama más general de renovación intelectual y religiosa, llevó a la introducción de la minúscula carolingia: una escritura regular, de gran legibilidad, con la que se trataba de sustituir las diversas grafías locales. En Italia, donde la carolingia no se difundió hasta finales del siglo X, sobrevivieron otras grafías, entre ellas la beneventina, ejemplificada en este manuscrito Codex Legum Longobardorum (siglo XI) y utilizada también en el scriptorium del importante centro de enseñanza que fue el monasterio benedictino de Montecassino.
Entre los siglos XII y XIII se difundió la escritura gótica, evolución de la minúscula carolingia, de la que se diferencia por las letras de líneas separadas y por la sustitución de las curvas por ángulos, debido probablemente a la adopción de una pluma de punta truncada. De hecho, la forma de la escritura estaba determinada también por el instrumento utilizado para escribir: los romanos, por ejemplo, se servían del punzón para las tablillas de cera, del cincel para los epígrafes y del cálamo o tallo de junco para escribir con tinta. También la posición tomada al escribir podía ser importante: los escribas egipcios se acurrucaban, los griegos y los romanos escribían sobre las rodillas, mientras los monjes medievales se apoyaban en un atril.
Mientras la escritura gótica seguía siendo utilizada para los textos religiosos y las obras filosóficas y jurídicas, en el siglo XV se difundió para los textos clásicos el uso de la escritura humanística, que halló su máxima expresión en Italia. La escritura humanística imitaba en claridad y elegancia a la carolingia y, en las versiones redonda y cursiva, fue adoptada como modelo para los caracteres de imprenta.
El primer libro impreso con caracteres móviles en Europa fue la Biblia realizada por Johann Gutenberg en 1455 con caracteres góticos. Los incunables -como se llama a los libros impresos antes de 1501- presentan una gran semejanza formal con el códice manuscrito: no tienen portada, sino sólo incipit, es decir, una fórmula que da breves indicaciones sobre el autor y el contenido. El título y el autor de la obra, el nombre del impresor, y el lugar y el año de impresión se indican en el colophon, al final del volumen. La portada apareció en el siglo XVI, cuando el incipit fue aislado en una página que precedía al texto y se enriqueció con los datos del colophon y la marca del impresor.
Los códices manuscritos medievales presentaban tres decoraciones miniadas distintas, a menudo muy elaboradas y de gran belleza: la inicial, el marco y la ilustración, que podían aparecer de manera separada o todas juntas. Con la difusión de la imprenta, a partir del siglo XVI, las ilustraciones también tuvieron que adecuarse a las nuevas técnicas y las miniaturas fueron sustituidas por las xilografías, es decir, grabados sobre madera que podían tener el mismo espesor que los caracteres de imprenta y por tanto podían insertarse perfectamente en la composición del texto. En Italia, el ejemplar más precioso de libro ilustrado es el Hypnerotomachia Poliphili, impreso en Venecia, en 1499, por Aldo Manuzio.
Ahora bien: si se ha estado escribiendo desde hace mas de 2000 años: ¿De donde sacan ustedes ideas para innovar? Cualquier mortal, como yo, supondría que ya se ha escrito todo; del amor, de la vida, de la muerte, de la amistad, de el dolor… de todo. Entonces, no comprendo como encuentran inspiración para hacer de las letras algo deslumbrante solo poniendo una al lado de otra formando palabras que encajan maravillosamente cada una con la que le sigue para formar una idea que, por lo menos a mi, me deja con la boca abierta, creo que las musas no les agrada mi perfume… por que no se me acercan. Los leo (a ustedes), los estudio y trato de aprender, pero háganme un favor: cuando no estén escribiendo o siquiera planeando hacerlo, MANDENME A LAS MUSAS, así quizá algún día escriba algo que deje a las personas “con la boca abierta”

Fuente: enciclopedia Encarta

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