miércoles, 12 de noviembre de 2008

DEL OTRO LADO DE LA LUNA




Hace poco, platicando con un gran amigo de la infancia, me dijo que el jamás ha estado enamorado con la misma intensidad que, según su opinión, se ve reflejada en mis comentarios y mis actitudes. De entrada, no supe que decir (ni que sentir), luego me inundó una gran pena por su situación y me di a la tarea de encontrar cuales son los motivos que lo tienen confinado a una vida de soledad y desamor. Aquí mi conclusión:
Supongo que la principal causa de su soledad, es un gran temor a ser lastimado, a nadie nos gusta sentir en carne propia el dolor que causa un disgusto con el ser amado, realmente es un sentimiento desconcertante, es difícil asimilar que esa persona a quien le muestras tu alma desnuda y que conoce con exactitud lo que puede hacer o decir para lastimarte, lo haga en un momento de rabia, pero pasa, todos lo hacemos, no quiero decir que sea lo correcto, pero si que es lo común. Lastimas y te lastiman, claro que duele, y ese dolor que te produce ira, te hace reaccionar con algo, por lo menos, igualmente hiriente. Pero ¿No vale la pena sentir dolor a cambio de tanta felicidad?
No es una pregunta masoquista, es mi manera de entender que el amor duele, que duele amar y duele ser amado, pero no es grande ningún dolor comparado con el mas pequeño momento de entrega, con el mas pequeño beso, con el mas pequeño comentario cariñoso. Miles de actitudes te hacen llegar al otro lado de la luna con la felicidad que te provoca el escucharlos.
¿Cuanto puede restarle un pleito de media hora a la felicidad de todos los días durante tantos años? … nada.
Entonces, si se ha estado “del otro lado de la luna” millones de veces, no importa si has estado de bruces algunas ocasiones.
A un lado el miedo, hay que entregarse y hay que recibir a quien se nos entrega, en este planeta nada es gratis, todo cuesta. Lo que mas complace, siempre es lo mas caro,
Ama amigo, entrégate, te va a doler, pero es un dolor que causa dependencia, es una droga que no podrás dejar. Es mi deseo poder decir algún día que el amor se te ve reflejado en tus comentarios y en tus actitudes, tienes que ir al otro lado de la luna para entender que al final del día, no hay pena tan grande que no pueda ser sofocada por un momento de amor real.

lunes, 10 de noviembre de 2008

MASCARAS



Es duro estar enamorado y mostrarse tal y como eres, en esos momentos de transparencia y de fragilidad de cristal se es muy vulnerable, muy fácilmente lastimado.
A todos nos ha pasado, y a los que no, ya les pasara. Cuando esa persona especial en tu vida te dice algo lindo, algo tierno, y ese comentario te llega al fondo y te mueve las fibras mas profundas de tu alma, y luego, intentas corresponder con un gesto, un detalle o una caricia de el mismo tamaño, quizás mas grande, buscando provocar el mismo efecto en esa alma gemela, tu intención es agradar, es sincerarte y hacer notar que de verdad te ha gustado, que de verdad te ha llenado las venas con ese fluido eléctrico que te estremece y te deja sin sentido.
Y ¿Qué pasa? Si lloraste de emoción y tu corazón palpitó a una velocidad increíble, si tu garganta se ahogo con ese sentimiento que de verdad te ha llevado al cielo y…. y al decirlo te contestan:
-Se sincero, di la verdad, no inventes cosas que no sientes y no agradezcas lo que no te ha gustado.
Entonces, de nuevo a usar máscaras, de nuevo a esconderse debajo de ese mito de que los hombres no deben llorar, a llorar hacia adentro y sonreír hacia fuera.
-¿Qué te pasa? Los hombres no lloran, los hombres no expresan sus sentimientos y no se rinden ante palabras bonitas; los hombres son fuertes, de carácter y de físico, no se entregan al amor, los hombres nos regimos por pasiones de otro tipo.
¡Mentiras! Los hombres sentimos, los hombres amamos y quizá con un amor mas grande que las mujeres. A los hombres, nos duele el desamor, nos lastima el desprecio. Pero… somos hombres.
¿Machos? No todos, mas bien muy pocos, algunos usamos mascaras, pero todos amamos, todos sentimos. Y para amar, hay que quitarse las máscaras. Y para amar, hay que estar dispuesto a ser lastimado, esa persona que te hirió, es la misma que va a lavar tus heridas y te amara de nuevo y tu, de nuevo te mostraras como eres y será un circulo y estarás encerrado, felizmente atrapado en esa trampa que duele y que renueva tu espíritu cada día