sábado, 12 de julio de 2008

CUANDO EL TIEMPO TE LLEGA


Llega un tiempo, en el que es necesario mirar hacia atrás, justo cuando ves en el espejo canas, arrugas, ojeras, cansancio. Pero ves también logros, felicidad, estabilidad. Es momento de poner tus aciertos y tus errores en una balanza.
Anoche me toco a mi, justo antes de acostarme, descubrí que el tiempo ha pasado y que ha dejado su marca en mi piel; que lo que he logrado hasta ahora quizás será todo lo que tendré, que lo que he dejado pasar, ya no podré recuperarlo.
Comienzan las preguntas: ¿Eres buen hijo? Hace veinte años hubiera respondido, sin pensarlo, que si. Ahora se que no, que falle mil veces, en cada rebeldía, en cada pleito con mis hermanos, en cada necedad, en cada capricho, en cada mentira y en cada “no se que mas”. Hoy que veo en mis propios hijos su mentalidad “neoliberal y de izquierda radical” he comprendido que no soy buen hijo.
¿Eres buen hermano? Por lo menos he tratado de serlo, siempre se donde están mis hermanos y saben que yo estoy aquí, aun que en ocasiones sea solo para escuchar, no tengo un “si” rotundo pero no me gustaría pensar que no lo soy.
¿Fuiste buen estudiante? Aquí tengo que decir, sin modestia, que si, lo fui y lo sigo siendo, me titule hace muchos años, pero aun hoy sigo leyendo y tratando de aprender cosas nuevas.
¿Como marido? Demuestro mi amor sin inhibirme, comparto todas mis alegrías aún que me guardo algunas preocupaciones, no, no ayudo en las tareas domesticas, no disfruto a la familia política, no soy afín por completo, en este punto me califico con un “regular”.
¿Cómo padre? Que difícil, se que lo he intentado, a pesar del poco tiempo que me queda por mi papel de proveedor, comparto juegos, esos espantosos programas de televisión, insufribles domingos bajo el sol cuando tienen partido, soporto sus escandalosas reuniones, en mi sala, con estruendosos sonidos de aparatos casi extraterrestres que provocan en ellos extraños júbilos aderezados con conversaciones en un español exclusivo para su generación. De su perro, mejor ni hablar y mucho menos de su imagen desaliñada que avergonzaría al mas sucio vagabundo. Pero rió mucho con ellos, lloro cuando ellos lo hacen. Si soy o no buen padre, solo lo responderá el tiempo, cuando vuelen solos y sepa que pueden hacerlo.
¿Que importa si ya falta cabello en mi cabeza? Ahora, con las zanjas del tiempo marcadas en la cara y con los achaques propios de la edad, aparece un miedo nuevo: ¿Habré sido tan buen padre como para que mis hijos vuelen lejos? No imagino mi casa sin sus gritos, sin sus pleitos, sin sus risas.
Retomando, la respuesta es si, he disfrutado mi vida, seguiré haciéndolo hasta que no me quede aliento.
Un consejo: párate frente al espejo y decide si es tu momento, lo vas a disfrutar.

domingo, 6 de julio de 2008

FUEGO AZUL


Te da un abrazo tan apretado que entiendes su intención de formar un solo cuerpo tratando de fundir los físicos, así, como están amalgamados los espíritus desde hace años, ahora no necesitan contar los pétalos de una margarita. Juntan sus labios y el calor y la humedad que emanan genera un ambiente erótico que te saca de ti, sus manos recorren tu cuerpo dejando a su paso una estela eléctrica que casi es visible, se besan, comparten sus sabores, su nariz en la tuya y tu lengua bailando con la suya, los ojos entrecerrados, escuchas su respiración agitada, sientes la humedad de su boca en tu cuello, acaricias su cabello, te aprieta mas en ese abrazo, sientes un delicioso mareo, te retiras para ver su rostro, hermoso, radiante, con una mirada tierna y los labios separados con un gesto que pretende ser una sonrisa, la cabeza hacia atrás con esa actitud de cederte el control, besas, acaricias, aprietas, ocupas todo el sentimiento que hay en un ser pensante, analizas cada movimiento con el único fin de pasarla bien, tu prioridad es que lo disfruten, que esta vez sea especial, que la recuerden siempre.
Te desabotona la ropa, ya estas con el alma desnuda, ahora quiere sentir tu piel, jadean, dificultosamente se desvisten, movimientos torpes por la prisa, te embriaga su aroma, no quieres perder el control pero te rindes, te dejas llevar.
Ahora sientes su piel en la tuya, no queda un milímetro de de sus cuerpos sin haber sido conquistado por el tacto del otro, las palabras suenan a lamentos, lo que digan ahora no es importante.
¿Te entregas o te pierdes? Ya no eres el humano actuando por sentimientos, de pronto te ves como el animal impulsado por instinto, sus cuerpos están listos, ansiosos por continuar, ahora los besos son casi mordidas, las caricias son casi pellizcos, casi duelen o quizá duelen con ese dolor agradable.
¿Qué sigue? Llegar al cielo, besos, cadencia, corazones enloquecidos, miradas perdidas, sonidos guturales, sincronía de cuerpos y almas.
Fijas tu mirada y lo que ves te altera, sus ojos casi cerrados, su labio inferior entre sus dientes, la espalda arqueada y el cuello estirado hacia atrás, respira muy profundo, sus brazos convulsionan, suspiros, pierdes el ritmo, te desconectas por momentos, solo para prolongar el amor, no te dice nada, solo te regala una mirada, te besa, te aprieta a su cuerpo, respira en tu oído, su nariz juega en tu pecho. De nuevo a conjugarse, a coordinar los cuerpos, sudor, movimientos desesperados, un sonido suave que pretendía ser un grito, te aprieta con todas sus fuerzas, sus dedos en tu cabello ya lastiman.
Una explosión, los ilumina un fuego azul, estrellas de colores no te dejan ver. Se tensan todos los músculos, movimientos involuntarios, tus manos casi atraviesan su piel, su cabeza gira sin control de un lado al otro como si fuera a separarse de sus hombros, mucha humedad, muchos aromas, mucha confusión, mucha pasión, hielo en la espalda y lumbre en el pecho… silencio.Ahora se relajan, pareciera que se desmayan, quedan tendidos uno al lado del otro, tu brazo bajo su cuello y su rodilla en tu muslo, se ven, tratan de sonreírse, solo respiran, ocupan la fuerza que resta para seguir sintiéndose. Quedan sumergidos en un sentimiento como de paz, se normaliza la respiración, despacio, poco a poco, sin ninguna prisa, no importa cuanto tiempo ha pasado, ahora solo son ustedes, desnudos, agotados, enamorados.