sábado, 28 de junio de 2008

DIBUJANDO SONIDOS


Hablando de amores, analicemos el que nace en algunos corazones, ese, del que no se habla y jamás florecerá, por que, sintiéndolo, también es ahogado.
Hablo de ese corazón, que como el tuyo, esta ocupado, de esa alma que se parece tanto a la tuya pero que no hay manera de acercarlas por que sus vidas se encuentran fundidas con la de alguien más.
¿Verdad que te ha pasado? Escuchas de su mirada lo que va a reservarse, ves en sus labios lo que no va a pronunciar. Y lo ocultas, te quema y te congela.
Te duele el calor que le dan otros brazos, la seguridad de otro regazo y la intimidad de otro lecho. Cierras los ojos para que no te delaten y muerdes tus labios para que no lo griten.
Y haces introspección: ¿Como va tu vida? No encuentras queja, ¡No podría ir mejor! Tienes seguridad, disfrutas de tu intimidad y recibes calor, mas del que requieres. Entonces, no entiendes lo que pasa, no hay razón para ver a otra persona, careces de excusa para siquiera pensarlo.
Pero te pasa, no puedes evitarlo y mucho menos puedes cuando adivinas que también lo siente, cuando chocan sus miradas y ambos las desvían, cuando evitan acercarse imaginando que están juntos.
Eres feliz con tu pareja, sin duda, lo eres, comparten cosas que no sabias que existían, peleas, ríes, lloras, vives, das y recibes.
Y gira en tu mente, analizas, con todas tus herramientas, con toda la paciencia y con toda la serenidad que encuentras en tu espíritu, que a estas alturas ya no es mucha. No duermes, te cuesta concentrarte, estas fuera de ti…
¿Será esto lo que llaman platónico? No encuentras otra respuesta y al final aceptas: Hay sentimientos que no pueden ser definidos, hay idilios que no van a vivirse, hay sonidos que no pueden dibujarse.

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